Tal vez algunos podamos recordar cuando fuimos al jardín de niños o kínder, o incluso en la primaria o secundaría, cuando en un momento de esa etapa, aparecieron unos personajes muy peculiares, que en la mayoría de los casos nos dejaron buenos recuerdos, personas que llegaban por un período muy corto a nuestra escuela cuando éramos niños.
Pues ahora reconozcamos a estas personas como los jóvenes que estudian actualmente en nuestra escuela normal, donde su presencia en las escuelas de nivel básico tiene un sentido muy importante para la carrera profesional que están estudiando.
Esa presencia de nuestros estudiantes en las escuelas, son para llevar a cabo actividades de observación y práctica que realizan propiamente en los diferentes jardines de niños urbanos, rural o indígena, escuelas de nivel inicial o maternal, todos éstos, a lo largo del Estado de Quintana Roo.
De esta manera el joven normalista, tiene la oportunidad de conocer las condiciones reales del trabajo docente, que lleva a cabo la educadora que ejerce frente a grupo, y así el jardín de niños y sus educadoras son parte fundamental para la formación de estos jóvenes, donde se propicia el desarrollo de habilidades y competencias para su preparación profesional.
Estas prácticas están dentro de las políticas educativas de las escuelas normales, por lo consiguiente están normadas y se lleva a cabo un seguimiento y evaluación, tanto para los estudiantes, las educadoras y la escuela normal, en lo que se refiere al ámbito educativo y la gestión institucional, con el fin de obtener información para explicar los avances y las dificultades encontradas, mismas que constituyen un punto de apoyo para desarrollar la planeación, tomar decisiones pertinentes, y en consecuencia, documentar la rendición de cuentas a la sociedad.
Por: Raúl Vásquez
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